El destino perfecto para huir del calor es esta ruta para toda la familia que atraviesa parques naturales, cascadas y pueblos medievales

Las Merindades es una comarca al norte de la provincia de Burgos que se ha convertido en el secreto mejor guardado de los viajeros que huyen del calor y las aglomeraciones.

Las Merindades no es todo naturaleza, pues en la ruta destacan pueblos que parecen salidos de una postal.
Las Merindades no es todo naturaleza, pues en la ruta destacan pueblos que parecen salidos de una postal. / Istock

Cuando las temperaturas rozan lo insoportable en gran parte de España, hay rincones en el norte que parecen estar hechos a medida para quienes buscan refugio en esta época estival. Uno de esos lugares privilegiados es Las Merindades, una comarca al norte de la provincia de Burgos que se ha convertido en el secreto mejor guardado de los viajeros que huyen del calor y las aglomeraciones.

Estas tierras ofrecen una ruta ideal para ser recorrida en familia durante los meses de verano. Un itinerario que atraviesa parques naturales, se detiene en cascadas espectaculares y serpentea por pueblos medievales detenidos en el tiempo. Todo ello con temperaturas agradables, incluso en los días más calurosos de julio y agosto.

Martín Álvarez

El punto de partida ideal para esta ruta es el Monumento Natural de Ojo Guareña, uno de los complejos kársticos más grandes de Europa. Con más de 100 kilómetros de galerías subterráneas, este sitio es perfecto para introducir a los más pequeños en el mundo de la espeleología gracias a visitas guiadas adaptadas a todas las edades. La ermita de San Bernabé, incrustada en la roca, es una joya visual e histórica que no deja indiferente.

Monumento Natural de Ojo Guareña.

Monumento Natural de Ojo Guareña.

/ Wikimedia Commons

Desde aquí, la carretera lleva hacia la Cascada de Pedrosa de Tobalina, uno de los paisajes más fotografiados de Las Merindades. Con sus más de 15 metros de caída y una piscina natural a sus pies, se convierte en una parada obligada para realizar un picnic en familia o darse un chapuzón. El acceso es sencillo, y su entorno es apto incluso para carritos de bebé.

Pueblos con alma medieval

Las Merindades no es todo naturaleza, pues en la ruta destacan pueblos que parecen salidos de una postal. Frías, por ejemplo, ostenta con orgullo el título de ciudad más pequeña de España, aunque todo su conjunto, caracterizado por el castillo de los Velasco y el puente medieval sobre el río Ebro, es de todo menos pequeña en cuanto a encanto.

Castillo de Frías.

Castillo de Frías.

/ Wikimedia Commons

Otra parada imprescindible es Puentedey, declarado recientemente uno de los pueblos más bonitos de España. Su nombre no es casualidad: el caserío se asienta literalmente sobre un puente natural de roca tallado por el río Nela durante miles de años. Caminar por sus calles empedradas y cruzar bajo la roca es una experiencia única que mezcla geología, historia y belleza paisajística.

Un paraíso para los senderistas

Los amantes del senderismo también hallarán en Las Merindades un pequeño paraíso. Hay rutas para todos los niveles: desde los paseos fluviales junto al Ebro hasta itinerarios más ambiciosos como el ascenso al Monte Santiago, desde donde se contempla el impresionante Salto del Nervión, la cascada más alta de la Península Ibérica con una caída de 222 metros.

Embalse del Ebro.

Embalse del Ebro.

/ Wikimedia Commons

El caudal puede verse reducido durante el verano, pero el espectáculo sigue siendo llamativo, y el sendero atraviesa miradores naturales que convierten la caminata en un auténtico placer, incluso para quienes viajan con niños. La hospitalidad local es otro de los grandes atractivos de Las Merindades, y muchos de estos establecimientos están gestionados por familias que comparten con gusto su conocimiento del entorno.

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